El amor en los tiempos de crisis

     Dicen los más conservadores que la relación de pareja está en crisis, que el amor está pasando por una de sus peores épocas, y digo yo ¿y qué sabrán ellos de amor? La incorporación masiva de la mujer al mercado laboral, el control de la natalidad, la creciente (pero lenta) igualdad entre hombres y mujeres,… ¡las relaciones de pareja están evolucionando! Pero, ¿y qué tiene todo esto qué ver con el amor?  
   
     Pues bien, debido a todo esto y a que hace apenas unos días que, como cada año, el mundo decidió avasallarnos con canciones cursis cantadas por una amplia variedad de seres vivos o inertes (el caché del oso de peluche se dispara en estas fechas), objetos y/o alimentos con forma de corazón (tenemos desde el huevo frito hasta la pizza barbacoa), y así un sinfín de artículos baratísimos y aún más funcionales si cabe, he decidido inaugurar este blog hablando del amor.

     Llegados a este punto, me siento en la obligación de advertiros de que no hablaré del amor que venden las grandes superficies, anuncios de televisión o películas románticas. Sino del amor de verdad. Es por ello que quizá alguno de vosotros debería dejar de leer justo aquí. Prometo no guardaros rencor, si yo lo entiendo, ya sabéis lo que dicen… ojos que no ven… ¡patada en los cojones! Que no hombre, que todos sabemos cómo acaba, corazón que no siente… Pero vamos, que a mí me gusta mucho más de la otra manera… pero en fin… vosotros sabréis.

     Bueno ha llegado la hora de ponerme en plan experta así que para empezar diré que me gusta más lo de la patada en los…. Porque lo de que el corazón siente o no siente, como que no. Este será vuestro primer desengaño, pues sí, el corazón no siente, es nuestro el cerebro el que se encarga de eso… pero claro a ver quién es el chulo que dice “ojos que no ven… cerebro que no siente” pues no queda nada bien, si lo sé, por eso me quedo con la de la patada… Y después de esta extensa introducción vamos a lo que vamos, el amor, y lo primero que nos preguntamos es ¿qué es el amor?

Para la psicología el amor es una emoción (como tantas otras) y como tal, es una consecuencia de las circunstancias propias y ajenas y de la evaluación que hagamos de ellas. No hay más, así de simple. El enamoramiento nos produce una gran excitación fisiológica que nos produce bienestar y nos predispone a no ver, o disculpar, los defectos de la persona amada y a necesitarla y querer estar con ella en todo momento. También nos lleva a revelar aspectos íntimos, darle apoyo emocional y moral, mostrar interés por todo lo suyo, y expresar afecto por cualquier método (Moya, 1997).

     Así que lo de que el amor es ciego, es cierto y lo de que el amor atonta, pues también, pero ¿y lo a gustito que está el enamorado-atontado? Ya quisieran muchos que la feniletilamina de sus cerebros obligase la secreción de dopamina o norepinefrina (de efectos similares a las anfetaminas), y de esta manera sentir esa euforia natural que sienten los enamorados al estar con su pareja…
Hasta aquí todo bien, ¿no? Tampoco es que hayamos descubierto nada nuevo… pero ¿de qué se compone realmente el amor? Es decir, ¿qué diferencias reales existen entre “ay… es que estamos tan enamorados…” y “¡ay! Si no estamos enamorados, solo nos gustamos, ya sabes…”.

     Pues bien, para eso tenemos a nuestro gran amigo Stenberg (1986) y su Teoría triangular del amor (que todos mis colegas psicólogos conocerán perfectamente). Pues bien, para este buen hombre, el amor tiene tres componentes básicos: la pasión, el compromiso y la intimidad.
1.  La intimidad, es entendida como aquellos sentimientos dentro de una relación que promueven el acercamiento, el vínculo y la conexión. Es decir, te lo cuento todo porque eres genial.
2.  La pasión, se concibe como un estado de intenso deseo de unión con el otro, como expresión de deseos y necesidades. O lo que todos estamos pensando, el sexo
     3.  Y por último, el compromiso, que sería la decisión de amar a otra persona y el compromiso por mantener ese amor. O sea, ambos sabemos que no me voy a ir con otro/a ni de coña.

Las diversas combinaciones de estos tres elementos pueden dar explicación a las diferentes etapas por las que pasamos en las relaciones de pareja o los distintos tipos de amor que conocemos. De acuerdo al autor, una relación basada en un solo elemento es menos probable que se mantenga que una basada en dos o en los tres.
De las combinaciones de estos 3 componentes se derivan “Las siete formas del amor”, las cuales describimos a continuación:
  • Cariño: en este caso, no debe tomarse en un sentido trivial. Este es el cariño íntimo que caracteriza las verdaderas amistades, en donde se siente un vínculo y una cercanía con la otra persona, pero no pasión física ni compromiso a largo plazo.
  • Encaprichamiento: es lo que comúnmente se siente como «amor a primera vista» (o “me pone”) Sin intimidad ni compromiso, este amor puede desaparecer en cualquier momento.
  • Amor vacío: Existe una unión por compromiso, pero la pasión y la intimidad han muerto. No sienten nada uno por el otro, pero hay una sensación de respeto y reciprocidad. En los matrimonios arreglados, las relaciones suelen comenzar con un amor vacío.
  • Amor romántico: las parejas románticas están unidas emocionalmente (como en el caso del cariño) y físicamente, mediante la pasión. Sin la existencia de un compromiso.
  • Amor sociable o de compañía: se encuentra frecuentemente
  • Amor fatuo o loco: Se da en relaciones en las que el compromiso es motivado en su mayor parte por la pasión, sin la estabilizante influencia de la intimidad. Muy frecuente en jóvenes cantantes o estrellas de Hollywood.
  • Amor consumado: Es la forma completa del amor. Representa la relación ideal hacia la que todos quieren ir pero que aparentemente pocos alcanzan. Sin embargo, Sternberg señala que mantener un amor consumado puede ser aun más difícil que llegar a él. Enfatiza la importancia de traducir los componentes del amor en acciones. «Sin expresión —advierte—, hasta el amor más grande puede morir». El amor consumado puede no ser permanente. Por ejemplo, si la pasión se pierde con el tiempo, puede convertirse en un amor sociable.




     Bueno ¿habéis conseguido identificar ya vuestro tipo de amor? Seguro que sí. Y para aquellos que todavía siguen sonrientes pensando, ¡ay qué feliz que soy, qué lo tengo todo! Me temo que esto no ha hecho nada más que empezar, ahora es cuando viene lo bueno.

     Y es que, no existe una línea recta en el estado de una relación, ésta siempre pasa por distintas fases, de las cuales no hay quien se escape, a no ser claro, que prefiera estar solo. Las fases de una relación de pareja son las siguientes:
     Comenzamos con nuestra primera fase y más bonita donde las haya… la fase de enamoramiento. Según los expertos esta fase puede prolongarse durante un año más o menos. Yo le doy como mucho dos, y en los casos más complejos. Pues bien, en ésta fase se encuentran presentes, de menor a mayor grado, el compromiso, la pasión y la intimidad. Es la fase en la que el atontamiento está en su máximo esplendor, es una fase muy fácil de identificar ya que por ejemplo los mensajes de amor vía móvil, Facebook, Tuenti… están muy presentes. Se trata de un amor ideal, no existen fallos o defectos, cada momento está lleno de felicidad. En los momentos de ausencia, hay añoranza y pensamientos hacia el otro que sólo hacen idealizar, aún más si cabe, a la pareja, no dejando lugar a la realidad. No existen apenas conflictos y es que tampoco es el momento de tomar grandes decisiones, lo cual facilita bastante el camino.
    Al terminar esta primera etapa, surge la segunda fase la cual puede durar hasta cuatro años más. En esta fase, la pasión decrece, aunque la intimidad y el compromiso continúan en aumento. Se trata de un momento de más acercamiento. Ahora ya empieza a ser necesario decidir sobre asuntos de presente y futuro. Al mismo tiempo, ya hemos conocido mucho mejor a nuestra pareja, ya no solo conocemos sus virtudes, sino también sus defectos (que no son pocos), comportamientos en casos extremos (dignos de ver), las distintas formas de comportarse, detalles,… Por lo que la idealización se acaba, y la relación es más realista. En este momento la balanza entre lo bueno y lo malo de la relación aparece con frecuencia en nuestra cabeza. Aparece la rutina, se entra en los aburrimientos y cansancios. Ha llegado el momento de hacer balance y evaluar el estado de la relación: si ha sido algo pasajero o inestable, el final está cerca. Y si hay problemas, es el momento de solucionarlos o de acabar con la relación.
     Por último, pero no por ello menos importante, la tercera fase. A partir del quinto/sexto año de relación surge la fase de amor compañero o cómplice. Es la fase de la madurez, se supone en un compromiso de pareja estable y sin fecha de caducidad (repito “se supone”). Por fin, hemos aprendido a vivir con esos defectos que hace unos años nos hacían querer matar a nuestra pareja (siempre desde el cariño, por supuesto).  La pasión se ha reducido, se ha reducido mucho, pero la compañía se hace la reina de la relación. Es esta la fase a la que a todas las parejas les gustaría llegar, especialmente si hubiera más sexo. Pero no os alarméis, porque la complicidad; el saberse comprendido y aceptado es un gran activo en esta fase. ¡Ah!, y en cuanto a lo del sexo, tranquilos, que aunque suele haber menos cantidad, la calidad se puede mantener, incluso mejorar.

   Bueno, pues esto ha llegado a su fin, espero que os haya gustado mi primera entrada y que hayáis podido ampliar, aunque solo sea un poquito, vuestro conocimiento acerca del amor y las relaciones de pareja. Y ya me despido, recordándoos que si en algún momento decidís cambiar de pareja, sólo por sentir otra vez la pasión anhelada, no olvidéis que una vez más se volverá a repetir el ciclo. Una y otra vez.

6 comentarios:

Merche dijo...

Hola guapaaaaa! que bien que habras un blog. Esta genial! me gusta muchisimo, porque esta genial escrito, y ademas tienes una gracia escribiendo buenisima, se hace super divertido leerlo! :) te sigo en el blog! :)
http://alsonidodelostacones.blogspot.com/
un besito

Anónimo dijo...

Aniti!!!!! me ha gustado molto tu primera entrada, y como dices es ameno, fácil de entender,divertido y útil ;). En la siguiente entrada podrías hablar del estado de enamoramiento en sí, para que la gente deje de una vez por todas de preguntar " ¿estás enamorado?" por el " ¿ lo quieres?". ;)
besitos!

Anónimo dijo...

Hola wapa!
Soy Aurora!
Enhorabuena por tu primer artículo!!
Me ha gustado mucho por lo interesante que es, ya que es un tema que nos afecta a tod@s, y por tu manera de escribirlo, muy ameno y divertido!;)
Espero poder seguir leyendo más!!
Besazos!

ipiter dijo...

interesante, me gusto..

Anónimo dijo...

Me ha encantado tu artículo sobre el amor.Ha sido super interesante.
Yo creo que refleja tal cual la realidad. Hay veces que cuando pasamos de una fase a otra, nos asustamos porque quizás son sentimientos que desconocemos y nos da miedo el cambio. ¡ Y si encima te planteas el porqué te vuelves loco!.
Ha sido super interesante, lo agrego a favoritos sin ninguna duda ;)

Anónimo dijo...

A mi me gusto mucho este blog. un abrazo

Publicar un comentario

Rompecabezas: Torres de Hanoi